Cap.29 El cumpleaños de Sango (y un puñado de cosas que pasaron por mi cabeza)

-Oye, ¿¡me podeis ayudar?!- gritó Miria al irrumpir en la sala-. Hoy es el cumpleaños de Sang...
-¿Quién quiere comer dulces?- le cortó Yuki.
-¡Yo!- contestaron al unísono Shiny y Jordan.
-¿Y eso en que me ayuda a mí?- repitió Miria enfadada.
-Nosotros nos llevamos a Sango de ruta y tú le preparas una fiesta en la StrawBerry.
-Buena idea- dijo Miria sorprendida.
En ese instante, entró Sango por la puerta.
-¡Vaya, hola a todos! ~miau
-¡Hola Sango!- la saludó Aiko, y comenzó el plan-. Un pajarito nos ha dicho que hoy es tu cumpleaños. ¿Te vienes a dar una vuelta? Te queremos enseñar algo.
Aiko, Yuki, Clementine, Shiny y Jordan se la llevaron a dar un paseo... por las mejores pastelerías de la zona.
-Bien, allí sirven gofres con helado, por allá está la mejor heladería del universo- Yuki titubeó-. Pero no son muy para ahora... Mejor vamos a comer buñuelos y luego tarta, cookies... y todo lo que se nos antoje en aquella pastelería de allá en la esquina.
 Cuando lo acabaron (les costó), Akari abrió un portal a Jeweland y les guió. Claro que lo puso un poco lejos.
-¿Hacía falta que nos trajeras tan lejos?- se quejó Shiny.
-¡Pues sí, pedazo de vago! ¡Diez metros!- le reprochó Akari.
-¡Pero hacia arriba!
-¬¬ No me puedo creer que sea tan vago que no pueda subir unas escaleras~ nyan
Cuando bajaron los "interminables" diez metros, se dirigieron a la cafetería StrawBerry (como si aún pudieran comer más... ¡Claro que sí!).
Al entrar, cayeron montones de serpentinas y todos gritaron:
-¡Feliz cumpleaños Sango!
Una enorme tarta vino volando desde el final de la sala.
Después de acabar con todo lo comestible que pillaron, fueron a la escuela de magia.
Una vez allí, escucharon una canción, que provenía del la sala del piano:
Para Elisa.
-¡Niccola!- exclamó Akari-¡Lo haces genial!
-La verdad es que para tener 7 años, eres muy bueno- se sorprendió Riccardo-. Podrías ser, un pequeño Mozart.
-Gra-gracias. Pero no es para tanto- dijo él un poco sorprendido de ver a tanta gente, pero enseguida recuperó su pose de genio.
-La verdad es que tiene razón -apuntó Gabi-. Mozart empezó a tocar de muy pequeño. Puede que a los siete.
-Vaya...- se sorprendió Niccola, que, después de todo, es un niño pequeño.
-Aunque, sin duda, el 9'5 es para ti- dijo Clementine señalando a Riccardo.
-Me parece que eso se lo debo a mi profesora. Hikari- dijo él, para sorpresa de todos.
-¿Esa...-el pelirrosa abrió mucho los ojos- era Hikari? Aunque... ahora que lo dices, sí tiene esa mirada de...
-¿Por? ¿Qué hará Hikari en el futuro?- se extrañó Yuki, y luego pensó -*No ha dicho ciertas palabras por educación, pero a veces Hikari es una loca psicópata.*
Un ladrido les interrumpió. La mitad se giraron hacia allí. La otra mitad se giró hacia Aiko.
-¿Qué? Yo no he hecho nada con ladrido.
Sí, dijo "con ladrido". Eso hizo que le pillaran.
-No te... referirás a Laika?
-Vale, OK, sí, es Laika. La primera perra astronauta. Pero es que me dio rabia que la usaran para experimentos.
-Igual que los últimos quince que reviviste. Plutón te va a matar- le advirtió Clementine.